A los 63 años asumió el Dr. Illia como presidente de la Nación el 12 de octubre luego de las elecciones presidenciales de 1963 en las cuales se vio favorecido por el voto en blanco peronista. Llega al poder de manera débil gracias a la prescripción de este movimiento: "Porque lo cierto es que un sector que tradicionalmente votaba en blanco o al justicialismo lo ha hecho ahora por otro partidos, desacatando la disciplina partidaria y la orden expresa de Perón (...) Una cosa resultaba evidente: Perón dejaba de ser considerado como infalible por las bases de su movimiento. Comenzaba el derrumbe de los ídolos"1 . No solo se ve cuestionado el liderazgo peronista según los resultados de las elecciones del ’63, sino que también se comienzan a dar ciertas crisis dentro del partido justicialista. A raíz de estos resultados, surgieron dos repercusiones. Por un lado, Perón ordena reorganizar el movimiento desde su estadía en Madrid. Y por otro lado, los movimientos que querían realizar un “peronismo sin Perón” , en este caso, el liderado por el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor, apuestan más fuertemente a tomar el partido justicialista: “todos admiten, a esta altura de las cosas, que la propia conducción de Juan Domingo Perón es la que está en juego”2. Pero Juan Domingo Perón intenta frenar el avance de estos movimientos poniendo al frente representantes de línea dura y leal.
Modesto médico de Cruz del Eje, con una figura noble y austera escogió a sus ministros y colaboradores, principalmente provenientes de Córdoba. Lo primero que hizo fue anular los contratos petroleros firmados por Frondizi, hecho que prometía desde su campaña electoral. Durante su gobierno, Arturo Frondizi había realizado una política de explotación petrolera de los de la concesión de yacimientos a empresas privadas dejando YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) la actividad de exploración y compra de producción a empresas concesionarias. A las respuestas económicas y comerciales (como el traslado del riesgo empresario a YPF que debía realizar la inversión en nuevas exploraciones, o el aumento de los precios de los combustibles), la plataforma electoral de Illia denunciaba la política de las concesiones por considerarla contraria a los intereses nacionales y se comprometió a anular los contratos de concesión. Entonces, el 15 de noviembre de 1963 Illia firmó los decretos 744/63 y 745/63 anulando los contratos firmados por Frondizi por “vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación”
Con respecto a la política económica, se dedicó al ordenamiento público con la ayuda del Ministro de Economía, el doctor Eugenio Blanco. A su vez, optó por la disminución de la deuda pública, así como también el impulso a la industrialización. Para el control de las empresas públicas, se creó, durante su mandato, la Sindicatura de Empresas del Estado.
La evolución del Producto Bruto Interno durante ese período fue del -2,4% para el año 1963, del 10,3% para el año 1964 y del 9,1% para el año 1965. La evolución del Producto Bruto Industrial fue del -4,1% para el año 1963, del 18,9% para el año 1964 y del 13,8% para el año 1965. La deuda externa disminuyó de 3.400 millones de dólares a 2.600 millones. El salario real horario creció entre diciembre de 1963 y diciembre de 1964 un 9,6%. La desocupación pasó de 8,8% en 1963 a 5,2% en 1966.
Por otro lado, promovió el Salario Mínimo, Vital y Móvil en el año 1964 dictándose una ley respectiva, previa a la constitución del Consejo del Salario, integrado por representantes del gobierno, los empresarios y los sindicatos. Los objetivos de esta ley eran “evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los cuales puede existir un exceso de mano de obra”, “asegurar un ingreso mínimo adecuado" y "mejorar los salarios de los trabajadores más pobres".
También dictó una Ley de Abastecimiento para contener el alza del costo de vida. Intentaba controlar los precios de la canasta familiar y la fijación de montos mínimos de jubilaciones y pensiones.
En cuanto a los sindicatos, la CGT, preocupado por la iniciativa del gobierno reglamentando la Ley de Asociaciones Profesionales dictada por Frondizi, presentó un plan económico al gobierno que fue recibido sin comentarios. Esta Ley intentaba reducir al límite los recursos económicos de los sindicatos, siempre y cuando alcanzasen para el funcionamiento de los mismos, lo que significaba un golpe económico al poder de los gremios que manejaban grandes sin ningún control. Con la excusa de que no recibieron respuesta por el plan económico por parte del gobierno, la CGT aprueba un plan de lucha como método de presión, mediante la ocupación de fábricas y talleres. Pero por más de que estos generaran revueltas para llamar la atención del gobierno a través de la interrupción de las tareas laborales peor sin abandonar sus puestos y causando los suficientes alborotos para que la policía intervenga, no recibieron respuesta por parte del gobierno. Illia pensaba que al igual que en la medicina, algunas heridas se curaban solas y que en ciertas ocasiones, la medicación que se utiliza para combatirlas genera males mayores. Ni siquiera las continuas amenazas de la CGT anunciando el tenacidad del “Plan de Lucha”, o las manifestaciones en las que se mostraban ejemplares de tortugas simbolizando la lentitud del gobierno, conmovían a Illia y sus colaboradores.
Por fines de 1964, Perón insistía en solicitar por los dirigentes sindicales que viajara a Buenos Aires para hacer frente a la irrupción de Vandor, quien quería emanciparse del “líder” realizando un “peronismo sin Perón”, que atentaba contra la unidad del movimiento obrero y amenazaba con su división. Y aunque Perón no obtuvo el permiso para permanecer en Buenos Aires, decidido realizar el viaje de todas formas porque, aunque no temiera ante la presencia de Vandor, quería ver qué era capaz de hacer. Pensaba que por lo menos, su presencia iba a poner en apuros al gobierno. Pero, al notificarse el emprendimiento de su viaje al Ministro de Defensa de las Fuerzas Armadas, el presidente se puso en marcha para pedirle al gobierno brasilero que impida la continuación del viaje de Juan Domingo Perón. Y al ser aceptada la petición, Perón debió regresar a Madrid.
Durante las elecciones de 1965, el peronismo se presentaba dividido en dos sectores: el peronismo ortodoxo liderado por un candidato desde Madrid, y el otro promovido por Vandor. Perón reaccionó enviando a su esposa, Isabel Martínez a Buenos Aires para cumplir con sus indicaciones. Y fue así que, siendo bien recibida por ambos bandos, su misión tuvo eficacia y, en Mendoza, triunfó el candidato ortodoxo.
No solo el peronismo había ganado por un millón de votos a la Unión Cívica Radical del Pueblo y se daba por sentado que el peronismo iba a triunfar en las elecciones de gobernador de Buenos Aires en 1967, sino que también el gobierno tenía otros problemas que lo distanciarían del general Onganía. Estados Unidos emprendió una operación militar al desembarcar sus marines en Santo Domingo, hecho que obligó a que los países de América se hicieran cargo de la situación para alivianar la crisis, formando una fuerza interamericana. Pero Illia se negó al envío de tropas, enfrentándose con las Fuerzas Armadas y originando un rozamiento con Onganía que luego se vio agravado y termino en su reemplazo por el general Pistarini.
Modesto médico de Cruz del Eje, con una figura noble y austera escogió a sus ministros y colaboradores, principalmente provenientes de Córdoba. Lo primero que hizo fue anular los contratos petroleros firmados por Frondizi, hecho que prometía desde su campaña electoral. Durante su gobierno, Arturo Frondizi había realizado una política de explotación petrolera de los de la concesión de yacimientos a empresas privadas dejando YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) la actividad de exploración y compra de producción a empresas concesionarias. A las respuestas económicas y comerciales (como el traslado del riesgo empresario a YPF que debía realizar la inversión en nuevas exploraciones, o el aumento de los precios de los combustibles), la plataforma electoral de Illia denunciaba la política de las concesiones por considerarla contraria a los intereses nacionales y se comprometió a anular los contratos de concesión. Entonces, el 15 de noviembre de 1963 Illia firmó los decretos 744/63 y 745/63 anulando los contratos firmados por Frondizi por “vicios de ilegitimidad y ser dañosos a los derechos e intereses de la Nación”
Con respecto a la política económica, se dedicó al ordenamiento público con la ayuda del Ministro de Economía, el doctor Eugenio Blanco. A su vez, optó por la disminución de la deuda pública, así como también el impulso a la industrialización. Para el control de las empresas públicas, se creó, durante su mandato, la Sindicatura de Empresas del Estado.
La evolución del Producto Bruto Interno durante ese período fue del -2,4% para el año 1963, del 10,3% para el año 1964 y del 9,1% para el año 1965. La evolución del Producto Bruto Industrial fue del -4,1% para el año 1963, del 18,9% para el año 1964 y del 13,8% para el año 1965. La deuda externa disminuyó de 3.400 millones de dólares a 2.600 millones. El salario real horario creció entre diciembre de 1963 y diciembre de 1964 un 9,6%. La desocupación pasó de 8,8% en 1963 a 5,2% en 1966.
Por otro lado, promovió el Salario Mínimo, Vital y Móvil en el año 1964 dictándose una ley respectiva, previa a la constitución del Consejo del Salario, integrado por representantes del gobierno, los empresarios y los sindicatos. Los objetivos de esta ley eran “evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los cuales puede existir un exceso de mano de obra”, “asegurar un ingreso mínimo adecuado" y "mejorar los salarios de los trabajadores más pobres".
También dictó una Ley de Abastecimiento para contener el alza del costo de vida. Intentaba controlar los precios de la canasta familiar y la fijación de montos mínimos de jubilaciones y pensiones.
En cuanto a los sindicatos, la CGT, preocupado por la iniciativa del gobierno reglamentando la Ley de Asociaciones Profesionales dictada por Frondizi, presentó un plan económico al gobierno que fue recibido sin comentarios. Esta Ley intentaba reducir al límite los recursos económicos de los sindicatos, siempre y cuando alcanzasen para el funcionamiento de los mismos, lo que significaba un golpe económico al poder de los gremios que manejaban grandes sin ningún control. Con la excusa de que no recibieron respuesta por el plan económico por parte del gobierno, la CGT aprueba un plan de lucha como método de presión, mediante la ocupación de fábricas y talleres. Pero por más de que estos generaran revueltas para llamar la atención del gobierno a través de la interrupción de las tareas laborales peor sin abandonar sus puestos y causando los suficientes alborotos para que la policía intervenga, no recibieron respuesta por parte del gobierno. Illia pensaba que al igual que en la medicina, algunas heridas se curaban solas y que en ciertas ocasiones, la medicación que se utiliza para combatirlas genera males mayores. Ni siquiera las continuas amenazas de la CGT anunciando el tenacidad del “Plan de Lucha”, o las manifestaciones en las que se mostraban ejemplares de tortugas simbolizando la lentitud del gobierno, conmovían a Illia y sus colaboradores.
Por fines de 1964, Perón insistía en solicitar por los dirigentes sindicales que viajara a Buenos Aires para hacer frente a la irrupción de Vandor, quien quería emanciparse del “líder” realizando un “peronismo sin Perón”, que atentaba contra la unidad del movimiento obrero y amenazaba con su división. Y aunque Perón no obtuvo el permiso para permanecer en Buenos Aires, decidido realizar el viaje de todas formas porque, aunque no temiera ante la presencia de Vandor, quería ver qué era capaz de hacer. Pensaba que por lo menos, su presencia iba a poner en apuros al gobierno. Pero, al notificarse el emprendimiento de su viaje al Ministro de Defensa de las Fuerzas Armadas, el presidente se puso en marcha para pedirle al gobierno brasilero que impida la continuación del viaje de Juan Domingo Perón. Y al ser aceptada la petición, Perón debió regresar a Madrid.
Durante las elecciones de 1965, el peronismo se presentaba dividido en dos sectores: el peronismo ortodoxo liderado por un candidato desde Madrid, y el otro promovido por Vandor. Perón reaccionó enviando a su esposa, Isabel Martínez a Buenos Aires para cumplir con sus indicaciones. Y fue así que, siendo bien recibida por ambos bandos, su misión tuvo eficacia y, en Mendoza, triunfó el candidato ortodoxo.
No solo el peronismo había ganado por un millón de votos a la Unión Cívica Radical del Pueblo y se daba por sentado que el peronismo iba a triunfar en las elecciones de gobernador de Buenos Aires en 1967, sino que también el gobierno tenía otros problemas que lo distanciarían del general Onganía. Estados Unidos emprendió una operación militar al desembarcar sus marines en Santo Domingo, hecho que obligó a que los países de América se hicieran cargo de la situación para alivianar la crisis, formando una fuerza interamericana. Pero Illia se negó al envío de tropas, enfrentándose con las Fuerzas Armadas y originando un rozamiento con Onganía que luego se vio agravado y termino en su reemplazo por el general Pistarini.
1 Primera Plana, 16/7/63, pág. 6. En http://www.fcp.uncu.edu.ar/contenido/skins/www_fcp/download/El_Movimiento_Revolucionario_Peronista_1964-1966.pdf, 8 de Octubre de 2009
2 Primera Plana, 27/8/63, pág. 4. En http://www.fcp.uncu.edu.ar/contenido/skins/www_fcp/download/El_Movimiento_Revolucionario_Peronista_1964-1966.pdf, 8 de Octubre de 2009
Bibliografía
- "de Yrigoyen a Alfonsín -Relato de un testigo del drama Argentino," Félix H. Laiño, 1986 , Argentina.
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http://www.taringa.net/posts/12/1631792/Arturo-Umberto-Illia----%20El-Mejor-Presidente-Argentino.html
No siempre enfocado en las desventuras del movimiento peronista. Por momentos se refieren a Illia, a Perón o a Vandor sin aclarar. Deben tener mas cuidado en la selección y organziación de la información.
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